Comunicación/performance realizada en el IV
Congreso de educación artística y visual de Jaen el 20 de Abril del 2012, en
colaboración con Pilar Pérez Camarero. Forma parte de un grupo de acciones complementarias
a la performance de larga duración “uniforme posbolonio” desarrollada en
colaboración también con Pilar.
Para este congreso se planteó una doble
actividad. Por un lado se instaló sin previo aviso a la organización un puesto de alistamiento de simpatizantes al proyecto posbolonio, en el que explicábamos
los motivos de nuestras indumentarias y el objetivo crítico de nuestra
intervención. Y por otro lado la Comunicación/performance,
ejecutada en el espacio programado
y reservado por la organización para la exposición breve de los temas
que previamente han sido sometidos a una selección.
Tal y como venimos realizando con el proyecto
posbolonio, y anteriormente por separado, nos pareció coherente utilizar una acción
artística para reflejar la turbia situación educativa que vivimos en la
universidad. Preparamos una dura acción en la que vestidos con nuestro uniforme
posbolonio nos cuadramos frente al público y tras llamar su atención, les pulverizamos
con un pestilente y empalagoso perfume, característico de los prostíbulos.
Posteriormente sacamos de nuestros bolsillos unos preservativos que fuimos
inflando. Primero empezó Pilar. Lentamente luchaba con insuflar aire al latex,
mientras los presentes compartían la angustia por culminar su empeño, a la
espera de una explosión o un abandono. Lejos de estas dos opciones la acción se
ve rota por la intervención del compañero que explota el fálico globo con el
pincho de chapa
Acto seguido se intercambian los roles y la misma
situación se repite: Raúl infla y tras una lucha por respirar e hinchar, Pilar
explota el preservativo. Tras un silencio más, Pilar y Raúl realizan su saludo posbolonio, con una mano
adelante y otra atrás, dirigiéndose al público y posteriormente a la imagen
proyectada en la que aparecía un enlace web, y la frase “ la universidad del
futuro” Nos retiramos solemnemente sin mediar palabra.
Fue muy duro y sobrecogedor para mi. Hubo un punto que creí que me ahogaba. Lo más difícil no obstante fue soportar la carga simbólica de lo que hicimos
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